[:es]Principios y Unidad[:en]Principles and Unity[:]

[:es]Londres – 2 de junio de 2015

Tendemos a confundir los principios con los valores, siendo los principios esa profunda estructura del todo que nos contiene, cualquiera que sea el valor creado por una sociedad en especifico que esta considerado para la convivencia de los diferentes grupos que conforman nuestra sociedad y que indiscutiblemente se inicia desde el principio mismo en si.

Encontrar las bases y la fuente de los principios como rectores de las relaciones sanas y armónicas entre los seres humanos, donde los comportamientos nacen de la plena noción de uno mismo y del entorno, es enfocarse en que la naturaleza, como marco de toda interacción, es la luz en el camino del descubrimiento hacia los valores.

En esta perspectiva, se hace esencial compartir desde el respeto del cuerpo que habita nuestra alma, única e indescriptible, pura y esencial, fresca y natural, donde se funden el sol y la luna para alimentar nuestra tierra madre de todas estas realidades conjuntas.

Nuestros actos reflejan nuestros principios.

Así mismo es muy importante reconocer esta dualidad propia de nuestro ser, en la que, precisamente, nuestras manos, voces y presencia hacen evidenciar que el derecho a la vida, a la educación, al libre desarrollo de la personalidad, entre otros conceptos de la fuente, son la esencia del logro que significa convivir en paz.

La sociedad, carente de noción alguna sobre los principios, forma sus percepciones de todo asunto de forma ligera y sin compromiso y, aún más, entra en una insondable desconexión, pensando que lo que hacemos no proviene de nuestra esfera interna, o de nuestro circulo de influencia más cercano.

Todos somos uno.

Así, cualquier actitud traducida en acción a nivel interno o externo de nuestro ser, conecta y se esparce hacia el universo en red. El destino individual está inevitablemente atado al destino colectivo, pues la unidad de nuestro ser es la unidad del universo en continuo funcionamiento, como una rueda que no se detiene, y que existe como una maravillosa espiral de luz y sonido que nos sustenta y enmarca toda experiencia de UNIÓN en COMÚN, es decir vivir en COMÚN/UNIDAD.

MÓNICA FUQUEN

[:en]London – 2 de junio de 2015

We tend to confuse principles with values: principles remain being the deep structure of everything that contains us, regardless the value created by a particular society and intended for the coexistence of the different groups that make up our society and that unquestionably start from the principle in itself.

Finding the foundations and the source of the principles as guidelines for healthy and harmonious relationships among human beings where behaviours are born from the full notion of oneself and of the environment, is to focus on nature as a framework for every interaction; they are the light on the path of discovery toward values.

In this perspective, it is essential to share from the respect of the body that inhabits our soul, the unique and indescribable, essential pure, fresh and natural, where they the sun and the moon melt to nourish our mother earth of all these joint realities.

Our actions reflect our principles.

Likewise, it is very important to acknowledge the duality of our own being, in which, precisely, our hands, voices and presence demonstrate that the right to life, the right to education and a free development of personality, among others are the concepts of the source, are the essence of the achievement that means living together in peace.

Society, which lacks any notion on principles, shapes its perceptions of any matter from an undemanding and uncommitted manner; it enters in an immeasurable disconnection thinking that whatever we do does not come from our inner sphere or from our closest circle of influence.

We are all one.

Thus, any attitude translated in action at an internal or external level of our being, connects and spreads toward the universe in network. The individual fate is inevitably tied to the collective destiny, since the unity of our being is the unity of the universe in continuous operation, such as a wheel that does not stop and exists as a wonderful spiral of light and sound that sustains us and frames every experience of UNION in COMMON, that is, living in COMMON/UNITY

MÓNICA FUQUEN

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