La vida y la actitud

La vida es una actitud constante que se define por lo que emerge de nuestro estado interior más profundo, conectado obviamente con la emoción, el pensamiento y la acción. Siempre estamos esperando que otros nos alienten a seguir haciendo bien las cosas, de lo contrario tomamos el camino más sencillo queriendo imitar comportamientos y hábitos de otros sin prestar atención real y objetiva a nuestra carencia y sus causas.

El camino de la “tendencia”

Por esta razón, sin pensar en el daño que nos ocasionamos, seguimos conductas y valores que pueden ir en contra de nuestra propia verdad, haciendo cada vez más honda la herida y las falencias que yacen en nuestro ser. Cuando les hablo de “actitud” créanme que se por qué se los estoy mencionando hoy.

Sentirse en callejones sin salida, desesperanzados, decepcionados, con ganas de vivir, pero queriendo morir y sintiendo que todo lo que existe en esta tierra no vale la pena, es algo cada vez más común, debido a los altos índices de ansiedad y depresión que se presentan desde los más pequeños hasta edades adultas.

¿Cómo saber si la depresión o la ansiedad es parte de mi día a día?

  • Este cuestionamiento nos lo hacemos una y otra vez, cuando vienen esas sensaciones y sentires que se desbordan y afloran y nos dejan paralizados en el estado más doloroso y desgraciado de nuestra humanidad. “El miedo”, como fuente primaria de la enfermedad mental, emocional y física.
  • Solamente podemos identificarlo cuando la frecuencia del estado es casi permanente en nuestra vida cotidiana.
  • El propósito se pierde frente a la angustia y se manifiesta un dolor al respirar cada mañana, al empezar de cada nuevo día.

La clave reside en nuestro interior

Es en este preciso momento en donde la fuerza, que emana de nuestro interior y que se percibe de manera difusa e inexacta, cobra vida por medio de nuestra actitud; una actitud que se convierte en la guía perfecta para sacarnos de este agujero inesperado que se forma en nuestras vidas.

Existen recomendaciones que permiten alentar un trabajo que da forma al proceso de forma honesta y verdadera:

  1. Identificar en que grado se encuentra nuestra enfermedad y acudir a un especialista idóneo.
  2. Aceptar esta situación con humildad y entrega al instante presente que puede ser cambiante en segundos.
  3. Abrazar la situación como una madre a su bebe y convencerse de que esto también pasará.
  4. Hablarse de manera positiva, así este ardiendo la vida en ese instante.
  5. Rodearse de personas que generen tranquilidad y liviandad a la existencia.
  6. Alejarse de personas tóxicas o negativas.
  7. Promover espacios de silencio y encuentro personal sin prejuzgar lo que se presente en ese momento.
  8. Agradecer todo lo que se está gestando para que poder identificar chispas de alegría y plenitud.
  9. Amarse a pesar de la angustia o la tristeza.
  10. Tener la fuerza para salir de la cama y “arreglarse” para sí mismo.
  11. Buscar actividades mecánicas que no permitan al cerebro quedarse en los pensamientos dañinos.
  12. Tener la actitud de vivir plenamente el momento presente sin importar el resultado siguiente.
  13. Alejarse de las personas o los mensajes que pretenden transformar una realidad que solo puede solventar la persona que la está experimentando con la asistencia idónea de un profesional.
  14. Tener certeza de que después de encontrar las respuestas correctas para la mente y la emoción, este círculo se cerrará serenamente.
  15. Aceptar y amar al nuevo ser que sale a caminar después de atravesar la crisis, al igual que los otros por sus sueños y encuentros inesperados de la vida.
  16. Sonreír desde el corazón y abrigar la vulnerabilidad que se integra a la paz que se evidencia en el ser renacido.

Abrazos y buena vida amigos,

Mónica Fuquen.

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