Taller Sonido, Vientre y Luz

Sonido, Vientre y Luz (Canto Materno Carnático)

Conoce todos los detalles acerca de este nuevo servicio de Mónica Fuquen “Sonido del Alma”.

Un 27 de mayo de 1990 a las 3:50 am puje con fuerza y vi los ojos de la vida frente a mi. Nació mi primer hijo con sus ojos abiertos, observando este mundo y produciendo sonidos sin parar. Al igual que mi hijo yo observaba todo en un silencio presente, único. Todo era cierto, acababa de ser mamá y ese pequeño ser que se movía dentro de mi, estaba ya en esta realidad

Vi como la placenta que lo había alimentado durante 9 meses, latía, tenia vida, de mi corazón salía  agradecimiento a ella por todo lo que le había entregado a mi hijo. Después vino la inmensa alegría del segundo hijo un 14 de octubre de 1992. Hermoso niño que quería estar adherido a mi ser, como si quisiera que nadie interrumpiera esta comunión profunda.

Lo que más recuerdo de mis dos embarazos y mis dos partos, fue la presencia absoluta de esta época de amor y encuentro con la existencia. Jamás sentí un dolor tan insoportable como para no disfrutar cada segundo de esta mágica experiencia. Fuí feliz al dar a luz y lo disfrute en estado de gozo.

Hoy, al convertirme en abuela gracias a mi primer hijo

Vuelvo a respirar los recuerdos de mi maternidad con un elemento adicional… El sonido… Han sido 10 años de sonidos del alma donde la vibración ha tocado los filamentos más íntimos  de mi humanidad en relación con la humanidad de muchos seres que llamo “maestros”. Son mi hijo, y su pareja, los que me muestran durante el embarazo de mi nieta un canto ancestral que se denomina    “Canto Carnático”.

En la vida las casualidades no existen

Existen las causalidades. Hace ya 3 años estuve en India y me enamoré de la Tambura, la cual es mi compañera inseparable para entonar los sonidos del alma. Este canto  es usado por las mujeres que se encuentran en gestación y que  desde el quinto mes cantan a sus bebés vocales acompañadas por  la tambura.

El canto carnático

 

El Canto Maternal Carnático es un canto tradicional del sur de India introducido en Europa a principios de los años 60 por el obstetra francés Fréderick Leboyer. Este tipo de canto permite que la relación entre la madre y el bebé se fortalezca y, como efecto, hace posible que desde el quinto mes de embarazo el bebe reconozca la voz y el latido del corazón de su mamá.

Adicionalmente el canto carnático hace que el bebé permanezca sereno y a la vez que su mamá empiece a reconocer los ritmos de su respiración abdominal y que cante las vocales de manera armónica para que la garganta y la laringe se expandan, permitiendo a su vez que la zona perineal se relaje y dilate naturalmente. Este efecto del canto permite que la mujer tenga un parto menos doloroso, pues el sonido de su propia voz permite que se liberen endorfinas que hacen que el cuerpo produzca un analgésico natural.

Tambien es una fuente de meditación y de conexión intima con el ser, luego su aplicabilidad no sólo se centra en la gestación y en el alumbramiento, sino que extiende su pertinencia a todas las épocas que conforman la vida, debido a que evoca el momento más sagrado con la madre y con el espacio perfecto en el cual todos hemos evidenciado la certeza del cobijo y la protección.

Entre las múltiples bondades del sonido se encuentra inducir al ser humano a entrar en un estado de presencia plena, aquietando el pensamiento, conectando la respiración pausada y profunda, relajando todos los músculos del cuerpo, llevando la atención al nacimiento contenido desde la voz de la madre que recibe a su hijo y lo introduce al mundo de una manera natural, amorosa y lumínica.

Fui madre a los 19 años

Y jamás tuve este conocimiento a mi alcance, no obstante, sí plena confianza en mi intuición para hacer de estos momentos, los instantes más hermosos que he experimentado como mujer en este planeta que llamamos tierra.

….Nosotras tenemos los ojos de la tierra y nuestros hijos lo reconocen en la voz que sale de nuestro corazón….

Mónica Fuquen. Enero 16 de 2018.
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  1. Hermosa Melodía

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Sound, Belly and Luminescence (Maternal Carnatic Chanting)

See all the Details about this new service at Monica Fuquen’s “Sound of the Soul”.

On May 27th, 1990 at 3:50 am, as I was pushing with all my strength, I saw the eyes of life in front of me, my first son was born with his eyes wide open, looking at this world and unstoppably making sounds. As my son, I watched everything in a present and unique silence. Everything was true, I had just become a mother, and that little being that moved within me had already come to be in this reality.

I saw how the placenta that had nourished him for 9 months, was beating, it was alive, and from the bottom of my heart I was grateful for everything that it had given to my son. Then came the enormous joy of my second son’s birth, on October the 14th, 1992. A beautiful child who just wanted to be attached to my being, as if he wanted to keep our bond uninterrupted, and everlong.

What I remember most about my two pregnancies and labors, was the absolute presence of love, and an encounter with existence. I never experienced any pain so unbearable as to prevent me from enjoying every second of this magical experience. I was happy to give birth and went through it with joy.

Today, I recently became a grandmother through my first born child…

I breathe again the memories of my motherhood; with an additional element … The sound … It has been 10 years of soul sounds where the vibration has touched the most intimate strands of my humanity, in relation to the humanity of many beings that I call “Masters”. It’s my son, and his partner, who have shown me through their pregnancy with my granddaugter, an ancestral chant called “Carnatic chant”.

There are no coincidences in life…

Although causalities do exist. 3 years ago I was in India and I fell in love with the Tambura, to this day, my inseparable companion to sing the sounds from the soul. This chant is used by pregnant women, who, starting at the fifth month, sing to their babies’ vowels and the letter m accompanied by the tambura.

The Carnatic Chanting…

 

This “Maternal Carnatic Chanting” is traditional of South India and was introduced in Europe in the early 60s by the French obstetrician Frédérick Leboyer. Causes the relationship between a mother and her child to grow stronger, and by default, allows the baby to recognize her voice and heartbeat.

This encounter calms the baby down , and at the same time makes the mother understand and recognize the rhythms of the abdominal breathing  so she can sing harmoniously, expanding her throat and larynx, also allowing the perineal area to relax and dilate naturally.

The chant enables a less painful labor, as the sound of her own voice facilitates the release of endorphins, which allow the body to produce a natural analgesic.  This “carnatic chant” is a source of meditation and intimate connection with the being, the applicability is not only on pregnancy and delivery, but is pertinent to all the moments that make up life, because it evokes the most sacred of them all, the perfect space in which we have experienced the certainty of a mother’s shelter and protection.

One the many benefits of sound, is inducing a state of full presence, stilling the mind, connecting to the paused and deep respiration, relaxing the muscles, focusing on a birth that begins with the mother’s voice, who brings her son into existence and introduces him to the world in a natural, loving and luminous manner.

I was a mother at the age of 19…

And I never had this knowledge within my reach, nonetheless, I always trusted my intuition fully, to make these moments, the most beautiful I have experience as a woman on this planet we call earth.

 

… We have the eyes of the earth, and our children perceive it in the voice that comes from our heart…

 

Mónica Fuquen, January 16, 2018.
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